Escrito
por Luis Sánchez del Toro
Aleida,
Yuslandi, Yurisleydis, Masdeni o Georgina… entre otros nombres de mujer
pudieran ser identificados con comunes
féminas cubanas incorporadas a los diferentes quehaceres económicos, sociales o
políticos de nuestra sociedad; sin
embargo para asombro de muchos son representativos de una envidiable masa
vacuna de la raza Santa Gertrudis, la cual prestigia la tradición ganadera de la
Unidad Rancho Vallina, ubicada en el municipio de Songo-La Maya.
En la Nave de Exposición de Rancho Vallina,
perteneciente a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Flora y Fauna en Santiago
de Cuba, entre trofeos, diplomas, reconocimientos y fotos, encontramos al avezado ganadero Raudel
Montejo Ramírez, jefe de la instalación, quien con orgullo manifiesta que en el
período 2006-2014 se han alcanzado unos 276 premios y 95 campeonatos, los
cuales revelan la calidad genética y racial de esa masa.
Los triunfos más recientes, argumenta Raudel,
se concentraron en la XVII Feria Internacional Agropecuaria Rancho Boyeros
2014, efectuada en marzo último, donde los ejemplares Retinto, Eulises, y el
añojo Caramelo, se erigieron como Gran Campeón, Primer Lugar y Campeón Joven,
respectivamente, además de conquistar “Aleida”, el galardón de Gran Campeona.
En total fueron 29 premios, de ellos 10
campeones y nueve primeros lugares, los cuales muestran el desvelo de los
cuatro pecuarios de la Nave de Exposición, donde es sobresaliente la labor de
la joven Margeoris Blanco Massó, una cuadrera de pura cepa y con varios años de
experiencias en la actividad.
En estos momentos nos ocupamos de 20
animales, dice Margeoris, quien desde 1992 está incorporada con mucha
dedicación y consagración a la doma y las maniobras de estos animales, los
cuales a partir de los cuatros meses de
nacidos se captan y permanecen en adiestramiento hasta los nueve en que se
declaran aptos para las competencias.
Los lauros de “Rancho Vallina”, también se
expanden a las Ferias Internacionales Agropecuarias de Bayamo y Turiguanó, en
las provincias de Granma y Ciego de Ávila, respectivamente, donde asisten
ejemplares puros de la raza Santa Gertrudis, reconocidos por una resistencia natural
al calor y las enfermedades tropicales, además de ser inteligentes, de dócil
manejo y con un temperamento
tranquilo.
De esas cualidades habla con propiedad
Margeoris, quien reconoce que la revitalización de “Rancho Vallina” ha
contribuido a impulsar con acciones concretas la reproducción de esta raza en
el territorio santiaguero, con el propósito de potenciar la obtención de carne
vacuna y aportar sementales para las diferentes empresas agropecuarias.
El relevo se asegura en esta instalación, manifiesta
Raudel Montejo Ramírez, quien se refiere al funcionamiento de un círculo de
interés integrado por alumnos de la enseñanza primaria de la localidad. Ellos
se entrenan en las exigentes tareas del manejo, la salud y alimentación de la
masa vacuna, así como en el conocimiento integral de las características
generales de la raza Santa Gertrudis.
La ganadería cobra nueva vida por estos
parajes de Songo-La Maya y se erige como ejemplo, en el empeño de contribuir al
impulso del desarrollo de esta rama tan decisiva en la satisfacción de las
necesidades alimentarias del pueblo.
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