martes, 6 de marzo de 2012

TERCER FRENTE ORIENTAL Dr. MARIO MUÑOZ MONROY



Baluarte de la victoria de la Revolución

 La ofensiva revolucionaria trazada por Fidel Castro para derrocar a la tiranía de Fulgencio Batista, incluyó la creación de nuevos frentes de combate del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, devenidos baluartes hacia la victoria.
Luego de un encuentro con el máximo líder en el sitio de La Pata de la Mesa, el primero de marzo de 1958, salieron los combatientes a cumplir la misión, al mando de Raúl Castro Ruz y Juan Almeida Bosque, ya nombrados Comandantes.
El Tercer Frente Oriental abarcaría el territorio de la Sierra Maestra situado al este del poblado de María Tomasa, extendiéndose lo más posible en esa dirección. Su misión principal era extender la guerra a la cercanía de Santiago de Cuba y sobre la carretera central, como vía más importante de acceso a esa ciudad.
La columna No. 3 quedó estructurada por una comandancia y dos pelotones con dos escuadras cada uno. El Capitán Calixto García Martínez estaría al frente del pelotón de vanguardia y el Capitán Guillermo García Frías, el de la retaguardia. Israel Pardo era el guía principal en la marcha hacia la nueva zona.
 En plena cordillera, en Puerto Arturo, el grupo se dividió en dos, uno de los cuales era la columna tres "Santiago de Cuba"  convertida en el III Frente Oriental Mario Muñoz  Monroy, en honor a ese mártir de los sucesos de 26 de julio de 1953.
   Batir y rendir a las tropas enemigas, arrebatarles armas e impedirles la llegada de refuerzos era un plan estratégico de los rebeldes, ya más fortalecidos en lo militar y organizativo.
   El III Frente se fundó el seis de marzo con la responsabilidad de extender la guerra hasta las cercanías de la ciudad de Santiago de Cuba y la carretera central y donde estaba situada una potente guarnición enemiga.
   Se planteó también incorporar la vida militar y civil en su radio de operaciones y quedó formado por una Comandancia y dos pelotones, dirigidos por los capitanes Calixto García Martínez y Guillermo García Frías.
   El ataque a la Refinería Texaco, hoy Hermanos Díaz, fue la primera acción importante de esa fuerza. Ocurrió a solo kilómetros de la fortaleza del Moncada e hizo sentir la vecina presencia de los rebeldes.
   Le sucedieron ataques a objetivos enemigos, emboscadas y la interrupción del tránsito en las carreteras para impedir el envío de suministros a los esbirros.
   Cuando la dictadura se dispuso a lanzar su ofensiva contra las posiciones rebeldes, Fidel ordena a Almeida partir con un grupo de hombres a reforzar el I Frente, mientras atrás quedó una retaguardia segura con patrullas y escopeteros.
   Al retorno de Almeida al III Frente, la Comandancia se estableció en La Lata y se lanzó la ofensiva hacia El Cobre, Contramaestre, Maffo, Palma Soriano y otros sitios, lo cual permitió poco a poco ampliar el territorio liberado.
   Otra encomienda resultó la organización civil del territorio rebelde en sectores como la justicia revolucionaria, el financiamiento de la lucha mediante impuestos y el desarrollo sanitario.
   Se crearon escuelas, hospitales de campaña y otras mejoras que beneficiaron a  las tropas, pero también a los montañeses, quienes sufrían precarias condiciones.
   En los finales de 1958 el cerco a la urbe santiaguera y el dominio de la carretera central y otras vías terrestres eran una realidad, las luchas en la Sierra Maestra y en el llano condujeron al triunfo el primero de enero de 1959.
   Al decir del Comandante Almeida, \"el III Frente, nacido de la concepción revolucionaria y del espíritu de ofensiva de Fidel, cumplió con honor la misión...y fue uno de los puntales de la victoria".
   El 1 de marzo de 1958 parte ambas columnas desde Pata de la Mesa. El día 5, acampados en Las Cuevitas, Raúl y Almeida tienen un contacto, previamente, con Enrique López, quien le informa de la situación en la zona y de las fuerzas que operan en la región, la que apoyarían la misión primera de ambas columnas: el crece por la carretera central de la columna 6 y la ejecución de las acciones de distracción para la dicha columna pueda llegar a su objetivo sin interferencia del ejercito batistiano.
    El día 6 la columna continúa su trayectoria subiendo de los Negritos por el alto del Jobo, continuando hasta el alto de la maestra hasta llegar a Puerto Arturo.
    Al respecto ha expresado el comandante Almeida: “Con el arribó a Puerto Arturo, ya en el nuevo campo de operaciones, quedó constituido el tercer Frente, porque desde ese día todo el territorio se abarca ese extensa zona quedaba bajo la jurisdicción de la tropa rebelde que bajaba del alto de la Sierra Maestra según la misión y orden dada por el comandante en jefe Fidel Castro.”
   El día 7, Almeida se despide de Raúl Castro en Puerto Arturo y parte a cumplir su primera misión ya fundado el Tercer Frente: el ataque a la refinería Texaco, ejecutando el día 13 de marzo, y sobre la cual; Vilma Espín refirió: “La acción de la refinería no pudo ejecutarse como estaba planeada, al ser sorprendido los guerrilleros y solo se realizó un intercambio de disparos entre los defensores y lo que pretendían entrar; pero la gente no daba importancia a este hecho, sino que se destacaba era que por primera ves los rebeldes aparecían prácticamente en la ciudad de Santiago de Cuba.”
    Este hecho, en la misma media que estimuló a los combatientes de Santiago de Cuba, al sentir el apoyo más cercano del Ejercito Rebelde, que actuaba ya a solo 7 Km. de la ciudad, atemorizó a los guardias de la tiranía. Una vez cumplida la primera misión del frente, el comandante Almeida trazó las puntas a seguir: reconocimiento del terreno para lograr incorporación de los grupos de alzados a la columna, una mejor ubicación de las fuerzas en el territorio y buscar las diversas vías de obtención de suministros, así como establecer vínculos con el Movimiento 26 de julio de los pueblos y ciudades enclavados en el área. Tras la acción de referencia el jefe del Frente ordenó el traslado de las tropas hacia la Anita y desde allí ordenó la ubicación de las fuerzas y las misiones a cumplir.
Con los fines, propuestos Almeida inicio un recorrido por Charco Redondo, Matías, Cruce de los Baños, Futetón y Arrollo Rico. En Matías se entrevisto con Luis Clergé, pero no llegaron a ningún acuerdo determinando el jefe de la milicia actuar de forma independiente. No obstante Almeida, valorando la situación y en correspondencia con la línea de la comandancia en general, decidió trazar un plan de acción de apoyo a la huelga revolucionaria que hiciera sentir la presencia del ejército rebelde en zona de operaciones de Tercer Frente, mediante la interrupción del tránsito en las carreteras, sabotaje ya ataque a algunos objetivos militares como fueron: el cuartel de Dos Palmas (5 de abril) y la acción de El Cobre; (10 de abril).
    La principal acción que llevaría a cavo las milicias del Movimiento 26 de julio en el territorio tendría lugar el 5 de abril cuando de las milicias radicaban en Matías decidí atacar el Cuartel de Baire, apoyado por grupos guerrilleros como el de Ernesto Rosales, quien cumplió la misión asignada a pesar de no estar de acuerdo con la forma que fue concebida la acción. Los milicianos fueron interceptados por un convoy de la tiranía antes de llegar al poblado, lo que lo obligo a replegarse, regresando parte de ello al campamento de Matías.
   Tras el fracaso de la huelga de abril, Almeida continúa el proceso ya iniciado de organización de las fuerzas rebelde de todas las zonas del tercer frente, subordinado a sus órdenes a aquellos miembros de las milicias que se mantendrían en las montañas.
   En estos momentos ubicó a los capitanes Calixto García en San Lorenzo y Guillermo García en Loma del Gato. El primero tenía la misión de impedir el paso del enemigo por estas zonas, y recepcionar y darle curso a todos los mensajes enviado por el comandante del frente. Mientras, La Anita queda en estos momentos como centro de operaciones del Tercer Frente por los conocimientos que ya tienen del lugar los combatientes.
  Once días después del frustrado ataque al Baire, 16 de abril, fuerza del ejército batistiano bajó al mando del capitán Eugenio Menéndez Martín atacan sorpresivamente el campamento de las milicias en Matías, cayendo 13 milicianos en un combate desigual por la superioridad numérica y militar de las fuerzas enemigas, que fueron apoyadas por la aviación.
   Al tener conocimiento Almeida de lo acontecido en Matías y de las discrepancias existentes entre los jefes de los grupos alzado en estas zona, ordena marcha hacia los Tres Pechos donde se reunirían en la finca de Eradeíno (Yayo) Ramos con el resto del personal para analizar la situación y tomar las medidas necesarias. Al respecto, el jefe del frente ha escrito:
   “Meditando sobre lo ocurrido, apreció una situación grave con los responsables, que debemos enfrentar cuanto antes. Los jefes de las milicias en las zonas incumplieron la orden que les di de reagruparse y subir más para la precordillera, para así evitar que fueran sorprendido por los guardias; entre esos jefes está Nico (…) construimos el juicio despojando del mando a los jefes y sancionándolos a que salieran del frente.…”.
   En esta reunión (20 de abril) se reestructuraron las fuerzas bajo la jefatura única del frente se destituyó a Antonio Rodríguez (Ñico) y la tropa ubicada en Tres Pecho quedó al mando de Manuel Marrero, combatiente experimentado en la lucha y miembro de la columna 3.
   En la etapa de creación y organización inicial del frente las principales vías de suministración las constituyeron los aportes realizados por campesinos, propietarios de fincas y comerciantes de la zona, así como los combatientes del M26/7 en los diferentes pueblos y ciudades. En la zona se destacaron los hermanos Fajardo, dueño de finca en San Lorenzo, Mundito García en Cruce de los Baños, Roger Rosales en el Jobo, Emilio Guerra en Filé, Celestino Escardón en la Filadelfia, y Juan Milán y Bolívar Pantoja en la sucursal de Sardinas en Matías. .
  
Los revolucionarios Eliades García, Remedio Gonzáles, Miguel Sarmiento, Teobaldo Macias, Osmar García y Ulises Rosales prestarán una valiosa colaboración con el suministro de medicinas, ropas, víveres, combustibles, etc., para el Ejercito Rebelde.


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