El cuartel Moncada, hoy Ciudad Escolar 26 de
julio, es un edificio docente, antiguo cuartel militar, ubicado en la
histórica ciudad de Santiago de Cuba, ubicada en la porción
suroriental de Cuba.
Un año después de que el cuartel pasara a manos de los
revolucionarios, el 9 de enero de 1960, Fidel Castro, acompañado de René Vallejo y Luis Crespo, subidos los
tres en un tractor, comienzan a derruir las murallas de las instalaciones
militares para hacer entrega de las mismas, el 28 de enero
de ese mismo año, al Ministerio de Educación una vez convertido el Moncada en
un centro escolar con capacidad de 2.000 alumnos. Ese mismo año Camilo
Cienfuegos haría una acción similar en el Campamento Militar de
Columbia, sede del Estado Mayor General del Ejército a lo largo de años, y
centro de mando del gobierno de Batista, para convertirlo en escuela, que toma
el nombre de "Ciudad Escolar Libertad" en el municipio de
Marianao (La Habana).
Estos actos estaban llenos de simbolismo y querían
mostrar el propósito de la Revolución Cubana de que la fortaleza del pueblo
reside en la educación. Fidel Castro, en el discurso que pronunció en el acto de
entrega de las instalaciones al Ministerio de Educación, dijo:
Y la historia demostrará que si al fin y al cabo las
fortalezas llenas de aspilleras y soldados sucumbieron ante el empuje de
nuestro pueblo, la lucha por una causa justa, en cambio nuestras aulas,
representantes del pensamiento y la cultura, jamás caerán bajo la fuerza de
quien nos la quieran quitar para convertirlas en cuarteles, a fin de defender
los privilegios porque esas escuelas las defenderá con trincheras de ideas y
trincheras de piedra.
El Moncada, convertido ya en centro escolar, ha venido
funcionando desde entonces como un centro escolar de primaria. Posee la mayor
matrícula de la provincia Oriental con más de 1.600 alumnos, que se reparten en
clases de no más de 20 estudiantes por aula. La plantilla de docentes es de
245. Los resultados obtenidos por sus alumnos, contrastado en diversos
concursos nacionales e internacionales, son óptimos.
Las instalaciones, dotadas de todo el material
necesario para el desarrollo de los programas educativos, poseen 80 aulas y un
centro médico. Los alumnos están en régimen de seminternado comiendo y
merendando en el centro.
Dentro de las instalaciones del centro escolar se ha
ubicado, en la Posta Nº 3 -lugar donde se produjo el ataque el 26 de julio de
1953-el Museo de
Historia 26 de Julio, que formado por ocho salas, dedica la
primera a la historia de la construcción de la fortaleza hasta su conversión en
centro educacional.
En 1974 se reconstruyeron las murallas del cuartel al ser
declarado Monumento Nacional de Cuba.
El cuartel Moncada adquirió relevancia histórica el 26 de julio
de 1953
cuando un grupo de 135 guerrilleros antibatistianos (opositores a la
dictadura de Fulgencio Batista) divididos en tres columnas
comandadas por Fidel Castro, Raúl Castro
y Abel Santamaría realizan el asalto al mismo. Este acto, que resultó
fallido, fue el comienzo de la lucha que acabaría el 1 de enero
de 1959
entrando triunfante en la ciudad de La Habana
y dando comienzo a la revolución cubana.
El 9 de enero de 1960, un año después del
triunfo de la Revolución, empiezan las obras de demolición de los muros del
acuartelamiento militar con la finalidad de convertirlo en un centro escolar.
El 28 de enero de ese mismo año, Fidel Castro entrega al Ministerio de
Educación las instalaciones cuartelarías para que sean dedicadas a escuela.
Nace, con todo el simbolismo de la reconversión de un cuartel en escuela, el
Centro Escolar 26 de julio.
Historia del cuartel
La falta de locales adecuados para el encierro de los
presidiarios en la ciudad de Santiago de Cuba a finales del siglo XIX
hace evidente la necesidad de la construcción de unas nuevas instalaciones
carcelarias. También era necesario la construcción de algún acuartelamiento
para el cobijo de las tropas.
El 6 de mayo de 1854 se hace cargo del
Gobierno Civil y de la Comandancia General del Departamento Oriental de la Isla
de Cuba el Mariscal de campo Carlos Vargas-Machuca, conocido con el sobrenombre
de «El constructor» por la gran cantidad de edificaciones y obras que
realizó en sus 6 años de mandato. En 1859, bajo la dirección de Manuel Ciria, marqués de Villaitre,
comienzan las obras del denominado Cuartel del Nuevo Presidio.
La edificación, situada a las afueras de la ciudad en
su lado este, cerca del cementerio y al lado del solar en el que se ubicaría el
hospital militar Príncipe Alfonso, estaba diseñada para albergar a 1.001
soldados y 202 presos. Se construyó un sencillo y robusto edificio de una sola
planta con sótano.
De forma cuadrangular medía 180 metros de frente y 77
de fondo. Los lados del cuadrángulo estaban ocupados por edificaciones con
galerías interiores abiertas a vastos patios. En estas instalaciones se
alojaban, además de la fuerza militar, 200 presos con la escolta y empleados
necesarios para su mantenimiento. La entrada principal se ubicaba al oeste y
mantenía otra entrada al este.
El cuartel recibió el nombre de Reina Mercedes
durante el tiempo de la Guerra de los Diez Años y albergó a la
caballería española que, en aquel tiempo, combatía contra los independentistas
cubanos.
Junto al cuartel se realizó la construcción del
Hospital Militar Príncipe Alfonso, según planos del ingeniero Manuel
Soriano. Éste quedó finalizado en 1878. El hospital tenía capacidad para 300 camas y su entrada
principal se abría bajo un amplio pórtico sostenido por 8 columnas. La capilla
fue inaugurada en 1861 por Carlos Vargas.
Durante la guerra de independencia
El cuartel «Reina Mercedes» desempeñó un importante
papel en la defensa de la ciudad de Santiago de Cuba en los combates que se
libraron en los diferentes periodos bélicos que dieron lugar a la independencia
de la isla de España. Fue acuartelamiento de infantería y luego sirvió de
sanatorio de soldados.
Durante la Guerra de los Diez Años se aumentaron las
defensas del acuartelamiento. En ese tiempo se construyó el torreón de palomas
mensajeras, llamado «El palomar» y que sirvió también como
torre de vigía, desde el que se observa toda la bahía de Santiago y la sierra.
Desde este torreón se emitían todas las informaciones de los movimientos de
naves en el puerto. En 1878 se acabaron los trabajos de renovación del cuartel
junto con el hospital adosado.
El 2 de enero de 1894 ingresó en prisión en el
cuartel Reina Mercedes el general Guillermón Moncada donde estuvo por seis meses,
junto con otros compañeros de armas.
En 1898 el ejército de Estados
Unidos tomó la ciudad de Santiago y con ella el cuartel Reina
Mercedes y el hospital militar Príncipe Alfonso, izando en ellos,
por primera vez oficialmente, la bandera estadounidense en la isla. El cuartel
y el hospital quedaron bajo jurisdicción estadounidense hasta el 31 de julio
de 1902,
que fue entregado al general cubano Saturnino Lora. El 18 de agosto
de ese año, el cuartel Reina Mercedes se convertía en sede de la Guardia
Rural de la provincia de Oriente bajo el mando de Lora. La Guardia Rural sería
ratificada por el gobierno de Tomás Estrada Palma el 18 de octubre
de ese mismo año.
Lara fue sustituido por Juan Vaillant y López del
Castillo el 2 de febrero de 1909. El 21 de enero de
ese año se inauguraba la caseta de telégrafo que, construida por la empresa
estadounidense Hempel, se ubicaba al lado del Hospital Civil.
El 24 de abril de 1909 por medio de la orden
especial número 56 se cambia de nombre al acuartelamiento que pasa a
denominarse Moncada como homenaje a la memoria del mayor general del
Ejército Libertador, Guillermo Moncada, que permaneció por algún tiempo
recluido en los calabozos de dicho cuartel, por causas motivadas por las luchas
por la independencia de Cuba. Esa nueva denominación tendría efecto a partir
del 20 de mayo.
El 7 de julio de 1909 el general Monteagudo se
hace cargo de las instalaciones y de las tropas. Crea el Tercio Táctico de la
Guardia Rural. Hizo diversas reformas en el acuartelamiento y, como
agradecimiento, se colocó un busto del general en un lugar preferente de las
instalaciones. Este busto se mantuvo en ese lugar hasta el triunfo de la
Revolución, cuando fue sustituido por otro del general Antonio Maceo.
Insurrecciones y represión
Algunos de los alzados en armas contra el gobierno de
Tomás Estrada Palma en 1910 fueron encarcelados en el Moncada, como es el caso
del general Vicente Miniet. El Moncada sirvió de centro de operaciones en las
acciones emprendidas en la llamada Guerra de los Negros, alzamiento realizado
por el Partido Independiente de Color en mayo de 1912. El alzamiento fue
brutalmente reprimido y pasó a la historia como la matanza de Mícara. La
mayoría de los apresados en estas operaciones de la Guerra de los Negros fueron
encarcelados en el Moncada, entre ellos los dirigentes insurrectos Evaristo Estenoz, Pedro Ivonet y Eugenio Lacoste.
En 1916 se producen los hechos conocidos como el
golpe por parte del Partido Liberal en respuesta al cambiazo
electoral realizado por los conservadores. El golpe tuvo su inicio en el
cuartel Moncada. El 12 de febrero del año siguiente la guarnición del
Moncada se subleva posicionándose de parte de José Miguel Gómez. Estos hechos fueron
conocidos como la insurrección de La Chambelona, al celebrar los
liberales la misma al son del canto La Chambelona. Este levantamiento se
sofocó con la intervención de tropas de los Estados Unidos.
El Tercio Táctico tenía su base en el cuartel Moncada
y fue una de las principales fuerzas represoras de la zona de oriente cubano.
Dotados de caballos tejanos, herederos de los que dejó el ejército de EE. UU.,
realizaban cargas machete en mano contra los manifestantes, como la realizada
contra los estudiantes en noviembre de 1930 en la alameda Michaelsen de
Santiago de Cuba o la efectuada el 9 de junio de 1931 contra los obreros sin
trabajo.
En 1933 los líderes de Joven Cuba planearon la toma de los
cuarteles Moncada y San Luis (entre otros), pero los planes se desbarataron al
ser ocupado el aeropuerto de Santiago de donde iba despegar un avión con
intención de atacar desde el aire el acuartelamiento.
El incendio y la renovación
El 11 de
diciembre de 1937
un incendio destruyó una importante parte de las edificaciones que componían el
cuartel. Se insinuó que el fuego podría haber sido provocado, bien para tener
disculpa de la reconstrucción de cuartel con unas instalaciones más modernas o
bien para destruir pruebas documentales referentes al mal uso de los fondos
públicos destinados al acuartelamiento.
El 4 de
septiembre de 1938 se inauguran las nuevas instalaciones cuartelarías. Éstas
están formadas por un edificio único en forma de peine que corría de norte a
sur. Perpendiculares al bloque se añaden seis cuerpos secundarios que dan a
sendos patios abiertos. En el edificio principal, en un segundo nivel, se abre
una terraza que da sobre el polígono de formaciones. A esta terraza se accede
mediante seis escaleras que suben a los dormitorios de soldados.
En el extremo norte se construyó un salón de actos que
funcionaba como cine y teatro, y al otro extremo, separado por un pequeño
patio, estaba el club de oficiales.
El proyecto fue realizado por la dirección técnica de
la Sección de Ingeniería del Estado Mayor del Ejército. El acuartelamiento
tenía una capacidad para albergar a 2.000 hombres y contaba con los siguientes
servicios:
Jefatura del Regimiento.
Cuerpo de guardia.
Sala de Justicia.
Dormitorios.
Botiquín.
Panadería.
Departamento comercial.
Sastrería.
Caballerizas.
Las calles interiores estaban debidamente pavimentadas
y tenía instalación de agua potable y saneamientos. Todas las instalaciones
estaban rodeadas por un muro ornamental diseñado con aspilleras y contaba con
torres en sus vértices. En el eje central se levantaba la entrada principal a
la que se accedía mediante un pórtico monumental. En cada lado y al fondo había
sendas entradas secundarias dotadas de garitas de vigilancia.
El Jefe del Regimiento residía en una casa adosada al
lado izquierdo. Al lado derecho se construyeron casas de madera para los
alistados.
Frente al cuartel se construyó el hospital militar Joaquín
Castrillo Duany que se venía a convertir en una extensión de la fortaleza.
Este edificio sanitario era de hormigón y ladrillo y constaba de dos plantas.
En el primer piso se ubicó la Jefatura del regimiento Nº 1 Maceo, a su
lado se hallaba un busto de Guillermo Moncada y en la parte interior, y frente
al polígono estuvo hasta el triunfo revolucionario, otro de Antonio Maceo. En
este mismo lugar tenía su sede el Servicio de Inteligencia Militar.
Las tropas del Moncada se vieron implicadas en los
diferentes levantamientos militares que se produjeron a mediados del siglo XX
en Cuba, antes del triunfo revolucionario.
El asalto al cuartel Moncada
El 29 de julio de 1953 un grupo de jóvenes
guerrilleros asaltan la fortaleza, al mismo tiempo que el cuartel Carlos Manuel
Céspedes de Bayamo.
Este grupo era comandado por Fidel Castro. El propio Castro expondría en su
alegato de defensa en el juicio por los hechos del ataque al Moncada conocido
como La historia me absolverá los
pormenores de la operación.
Un grupo guerrillero formado por 21 hombres y
comandado por Abel Santamaría tomó el Hospital Civil. Otro de
diez hombres y bajo las órdenes de Raúl Castro
ocupó el Palacio de Justicia y Fidel Castro al frente de 95 hombres atacó el cuartel
Moncada.
El ataque al cuartel se produjo por la posta Nº 3. Una
vanguardia de 8 hombres abrían el ataque mientras que detrás de ellos iba un
subgrupo de 45 hombres, en el cual se hallaba Fidel, armado mayoritariamente
con armas cortas. El resto de las fuerzas, que portaban armas largas, se
extravió por la ciudad al equivocarse en un cruce de calles.
Frente a la posta Nº 3 los asaltantes de encuentran
con una patrulla de guardia y el enfrentamiento con ella da tiempo a que se
organice la defensa del cuartel. Aun así el enfrentamiento fue rudo, con bajas
por ambos lados. La retirada fue organizada en grupos de 8 ó 10 hombres
defendidos por seis francotiradores.1
Fidel relata que las pérdidas en la lucha no fueron
significativas y las bajas en el bando atacante fueron debidas, principalmente,
a la crueldad y la inhumanidad del ejército una vez que el enfrentamiento
había cesado. El testimonio de Fidel Castro dice:
El cuartel Moncada se convirtió en un taller de
tortura y de muerte, y unos hombres indignos convirtieron el uniforme militar
en delantales de carniceros. Los muros se salpicaron de sangre: en las paredes
las balas quedaron incrustadas con fragmentos de piel, sesos y cabellos
humanos, chamuscados por el disparo a boca de jarro, y el césped se cubrió de
oscura y pegajosa sangre. ...yo sé que sienten con repugnancia el olor de
sangre homicida que impregna hasta la última piedra del cuartel Moncada.
Después del asalto
El miedo se apoderó de los soldados acuartelados en el
Moncada después del ataque del 26 de julio de 1953. Se sellaron mediante raíles
y sacos de arena las entradas al acuartelamiento, que se protegieron con nidos
de ametralladora, con excepción de la posta norte. Se amplió el muro de
circunscripción del cuartel que se convirtió en un triángulo que incluía la
casa del general en su interior. Se emplazaron armas pesadas en la propia
fortaleza y sus alrededores.
El ataque al Moncada fue percibido por los habitantes
de Santiago de Cuba con sorpresa y equívoco. Muchos pensaron que se trataba de
cohetes o fuegos de artificio e incluso algunos ciudadanos se acercaron a las
instalaciones cuartelarias con curiosidad. El fuego de las ametralladoras fue
el elemento que situó los acontecimientos en su justa medida. Se creyó también
que podría tratarse de un ataque del militar Eleuterio Pedraza como respuesta a
la frustración del golpe que encabezó contra Batista en 1941 y que éste había
frustrado.
Fue a partir de las 11:00, con los servicios de
comunicación ya restablecidos, cuando se difundió la noticia de que el ataque
al Moncada estaba encabezado por Fidel Castro. Junto a la misma se sabía del
gran número de bajas por parte de los asaltantes. Algunos de los huidos del
ataque encontraron refugio entre la población civil, pero otros (entre ellos el
propio Fidel Castro) huyeron a las lomas cercanas a la zona de la Gran Piedra.
Finalmente, tras una intensa campaña liderada por el arzobispo de Santiago de
Cuba, Enrique Pérez Serantes, Castro se entregó gracias a las garantías
ofrecidas por el prelado católico.
La Revolución toma el Moncada
El 8 de enero de 1959, las columnas guerrilleras
entran en la capital de Cuba haciendo que el hasta entonces presidente del país
abandone éste. En Santiago de Cuba el ejército intenta impedir la entrada de
las tropas revolucionarias. Raúl Castro toma por sorpresa el cuartel Moncada e
insta a rendirse a la tropa. El coronel Rego Rubido, jefe del Regimiento Nº 1
Maceo, presenta su rendición incondicional a Fidel Castro en Loma Escandell. El
cuartel Moncada y la ciudad de Santiago de Cuba quedan en manos de los
guerrilleros. La tropa es desarmada y sus responsables arrestados.
Nota: este artículo previsto para el 28 de enero n o salió en pagina, sin embargo hoy 15 de marzo del 2013 lo retomamos como homenaje al 60 aniversario del asalto al cuartel Moncada.