*Esperemos
que vengan tiempos mejores y con manager menos paranoicos
La
selección cubana tuvo una actuación aceptable en el III Clásico Mundial de
Béisbol, pero evidenció que ha descuidado algunos elementos de ese deporte, el miembro de la Comisión Nacional Frángel
Reynaldo y los periodistas Sigfredo Barros y Michel Contreras.
En
su opinión, los peloteros cubanos derrocharon combatividad, coraje y deseos de
ganar, pero eso no basta.
El
punto más alto del plantel fue el bateo; sin embargo, con el toque de bola no
se puede contar, faltó una estrella del pitcheo, y el cuerpo de relevistas
mostró debilidad. En general, cometieron demasiadas inexactitudes, sobre todo frente
a Holanda, que se ha convertido en el verdugo de los representantes de la mayor
isla de las Antillas.
Actualmente,
Holanda es mejor que Cuba, al contar con un equipo que tiene mucho oficio,
calidad individual y muy buen mánager, un conjunto que aprovecha todas las
oportunidades.
Una verdad que
duele
El
béisbol cubano ya no es el mejor del mundo, hay que admitirlo, por lo que urge
actualizar los métodos de preparación y las técnicas y ponerse a tope.
Nos
falta ganar el juego que no se puede perder, se afirmó en la Mesa Redonda, en
alusión a que en los últimos 6 años Cuba ha perdido varias finales de lides
internacionales de béisbol.
Hace
falta recuperar las competencias municipales para aprovechar el talento de
miles de niños y adolescentes, suministrar implementos, incrementar la
literatura beisbolera y las transmisiones televisivas de pelota profesional.
Ya
existe un proyecto nacional para desarrollar el béisbol desde las edades
tempranas, y en septiembre próximo abrirá en La Habana una escuela nacional de
directores de equipo.
La
realidad es que el nivel del Clásico Mundial se ha elevado, ya no hay
selecciones débiles y así lo han demostrado Italia, España y Brasil.
“¡Perdimos
porque perdimos!”, dijo el manager Víctor Mesa Martínez, en la conferencia de
prensa que cerró la actuación de Cuba en el III Clásico Mundial de Béisbol
(CMB).
Sin
embargo según los especialistas y comentaristas aquí van algunos deslices:
En
ese desafío contra Holanda hubo tres elementos determinantes: jugadores que no
respondieron en el momento crucial a la defensa y la ofensiva, discutible
manejo del juego por parte de Víctor y un rival Naranja menor errático.
En
el temprano segundo inning Frederich Cepeda Cruz fue sorprendido en un intento
de estafar la intermedia, con Alfredo Despaigne Rodríguez en el conteo de tres
y dos (a la postre boleto). ¿Robar con Cepeda?
Al
lanzador Vladimir García Escalante
le conectaron tres imparables, dio un
pelotazo y soportó dos rayitas; aunque en dos lances por el campo corto Erisbel
Arruebarruena no muy estuvo preciso.
En
el cuarto, el mismo Cepeda Cruz –muy seguro en el torneo- bateó para doble play
y rompió un instante ofensivo clímax, en el que Gourriel Castillo abrió con
tubey y José Miguel Fernández lo remolcó con sencillo. Falló el bueno a la hora
bueno; luego José Dariel Abreu conectó
jonrón en solitario. Pese a eso se
igualó 2-2 el encuentro.
Los
europeos volvieron a activar la registradora en el final de ese episodio con la
complicidad de la defensa cubana, que regaló dos anotaciones sin apenas un hit
del contrario. Primero Arruebarruena optó por buscar un out por la antesala y
convirtió un lance en fielder´s choice, cuando la jugada indicada era sacar en
la inicial; luego Yulieski Gourriel Castillo se quedó “pasmao” y no cubrió un
tiro del receptor a tercera para tratar de impedir un arriesgado robo. Error y
carrera anotada ¿Dormido el Yuli o desconcentrado? Con dos debajo en el
quinto, Víctor quemó las naves con su habitual cambia-cambia; se quedó sin
banco, aunque consiguió igualar las acciones. ¿Cuestionable la maniobra del
técnico? Sí, desde el punto de vista estratégico; aunque ninguno de los cambios
influyó en la derrota. (Realmente esta alineación a partir de aquí -Bell,
Yulieski, Fernández, Cepeda, Abréu, Despaigne, Tomás, sin Eriel y con González-
con algún reacomodo interno puedo aportar mayores dividendos).
Después
sobrevino una calma. Holanda nos regaló un séptimo inning en el que conectó
tres imparables pero se fue en blanco, en lo que tuvo mucho que ver un hombre
cogido robando. Inflados por el scone reaccionamos en el
octavo a puro bate para tomar el mando 6-4. Y cuando estábamos a ¡cuatro outs
de San Francisco!, se apareció Andrelton A. Simmons y conectó cuadrangular de
dos carreras a Norberto González para poner la pizarra 6-6.
¿Fue
prudente dejar tanto tiempo en el box al zurdo? No. Hasta ahí González había tirado 3,1 innings de leyenda –casi
impecables- y exigirle una sobre dosis resultaba temerario. Todos
sabemos que él para este nivel no pinta para más de tres vueltas por la Lomita
de los Martirios. Así se pagan los riesgos.
En
el noveno volvimos a tener una brecha para colarnos y poner contra la pared a
los holandeses; pero Gourriel Castillo –después de batear un buen hit y robar
segunda- no supo apreciar las bondades de un batazo al izquierdo, conectado por
el zurdo Fernández, y se quedó tiritando en la antesala. ¿Podía anotar Yulieski?
Sí.
Acto seguido Cepeda volvió a fallar (ponche), con
corredores por las esquinas y Abréu cedió en elevado.
Con
todos estos desaciertos Cuba todavía estaba con vida. González volvió a
encaramarse en el montículo y sacó el importante primer out del noveno; pero
inexplicablemente Víctor lo extrajo del box. ¿Por qué ahora? ¿Para no correr
los mismos riesgos que en la entrada anterior o fue otro de esos “luminosos”
arranques de Serie Nacional? Por fortuna la decisión no influyó de manera
directa en lo que estaba por suceder. La piedra que desfondó el saco fue
un costoso error de Gourriel Castillo.
Yander
Guevara Morales lanzó para dominado (era el segundo out); pero el Yuli (una y
otra vez como una fantasma en los momentos cruciales) pifió una rolata que
abriría el camino de la desesperación para los cubanos. Yander soportó un
sencillo, Víctor se deshizo de él y perdió el rumbo en una apuesta por el novel
Raicel Iglesia, una fórmula recurrente solo justificable por la poca
profundidad del staff. Fin de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario