UN ANHELADO ENCUENTRO
LUIS SÁNCHEZ DEL TORO Fotos: Jorge Luis Guibert
Muy cerca de verdad están quienes afirman que siempre los buenos hijos vuelven a casa. Tal es el caso del experimentado campesino Rolando Valladares García, un ganadero de pura cepa, a quien esa realidad no quiso pasarle por alto, y hoy por hoy siente regocijo cuando desde sus raíces en la pintoresca demarcación de Las Coloradas, en el municipio de Palma Soriano, lanza un suspiro que enaltece su estirpe campestre.
Un reencuentro, hace exactamente cuatro meses, con su hermano Lázaro y su joven sobrino Lazarito, a decir del propio Rolando, figura entre las cosas más grandes que le han sucedido en la vida. Retornar a la finca La Luisa donde nació, creció y se convirtió en un extraordinario vaquero era un compromiso de honor contraído con su tradición familiar, particularmente con sus abuelos y padres.
Rememora que su hermano Lázaro Valladares García, en el 2010 recupera la finca familiar con un área de cinco caballerías, la cual es sometida a un paulatino proceso de rehabilitación, con la finalidad de devolverle todas sus originales intenciones relacionadas esencialmente con la producción de leche y carne vacuna, así como a otros planes dirigidos a la producción de alimentos.
Una etapa difícil que reclamó de largas jornadas de trabajo para eliminar el marabú y crear las condiciones mínimas para el futuro desarrollo vacuno. “Me recuperaba de un trágico accidente automovilístico, que me impidió meterme de lleno en esa tarea junto a mi hermano y mi sobrino, sin embargo en cuanto estuve apto me incorporé al trabajo con el compromiso sagrado de devolverle la prestancia que tenía “La Luisa” y no defraudar a nuestros antecesores”, afirmó Rolando.
El cambio en la que ya muchos reconocen también como el Rancho Valladares, es actualmente de 360 grados. Un proyecto ganadero se engendra en esa geografía de la Sierra Maestra, donde una masa compuesta por 22 animales (vacas, añojos, terneros y novillas) sienta la base hacia el empeño de esta familia de que no le falte en la zona a los niños y las personas necesitadas la leche como alimento básico.
En un primer momento ese sería nuestro objetivo, expresan Rolando y Lázaro, quienes argumentan que después incursionarían en la ceba de toros para el aseguramiento de la carne, el incremento de la masa ovino-caprino, avícola, porcino y de un patio equino integrado por yeguas y burros, con vista a asegurar el transporte de mercancías en esas abruptas regiones.
“El proyecto es ambicioso y persigue para este año superar los 4 000 litros de leche entregados en el 2011, para ello inducimos la siembra de unos tres caroes de King grass, caña de azúcar y otro tipo de pasto para la alimentación del ganado, laboramos en el ordenamiento interno de la finca, la construcción de cuartones y en crear el ambiente para convertirla en una típica integral.
“Aquí están creadas todas las condiciones para la transformación en un corto plazo, y lo que falta es continuar trabajando fuerte para alcanzar el objetivo planteado. Nuestras aspiraciones inmediatas son completar 40 vacas madres para incrementar la entrega de leche, y a partir de marzo desarrollar la ceba de toros”; afirmó Rolando, quien con destreza y agilidad prepara un lazo a la usanza de cuando era miembro del Equipo Nacional de Rodeo.
En diferentes ferias agropecuarias del país estuvo este vaquero, ya sea como miembro del equipo de Santiago de Cuba durante 11 años, así como otros cuatro en la selección nacional. Su integralidad como vaquero lo convirtió varias veces en campeón de Cuba, sin embargo actualmente se alegra en volver a sus raíces, continuar vinculado a la ganadería, disfrutar los bello del paisaje de la Sierra Maestra y por encima de todo la unión familiar.
“Esto arrancó y no se detiene”, dice este hombre de campo con 53 años de edad, quien diariamente desde muy temprano abandona su vivienda en la comunidad El Vecinal para unirse hasta bien entrada la tarde a su familia, con el solo empeño de que “La Luisa” siempre a la altura de su tradiciones aporte a la alimentación del pueblo.