José Raúl Capablanca Graupera.
*La Federación Internacional de Ajedrez
conocida con las siglas FIDE estableció el 19 de noviembre
como día mundial del ajedrecista como homenaje al campeón mundial cubano.
El Gran Maestro
cubano, gloria del deporte cubano. Campeón Mundial
de ajedrez
de 1921
a 1927.
Se le conoció como la "La máquina de jugar ajedrez". En su carrera
acumuló un total de 302 victorias, 246 tablas y 35 derrotas, ha sido el único
campeón mundial que ha tenido Cuba y su trayectoria fue reconocida por la Federación Internacional de Ajedrez
(FIDE).
Nace el 19 de
noviembre de 1888 en la instalación militar del Castillo del Príncipe, en La Habana,
hijo del comandante del ejército español José María Capablanca, de buena
educación, culto y aficionado al ajedrez, y de Doña María Graupera. La Habana
era entonces, junto con Nueva York y Nueva Orleans,
el mayor centro ajedrecístico de América.
Desde
temprana edad demostró su talento para el ajedrez, que aprendió mirando jugar
al padre, al cual derrotó en 1892, a la edad de cuatro años, noticia que se difundió por el
mundo, siendo catalogado como el segundo niño prodigio, pues el primero había
sido el norteamericano Paul Charles Morphy, el cual murió cuatro años
antes del nacimiento de Capablanca.
La partida
más antigua que se conserva de José Raúl data de la edad de cinco años y fue
jugada en el Club de Ajedrez de La
Habana el 17 de septiembre de 1893 frente a Ramón Iglesias, quien
ofreció al joven la dama de ventaja. Contando siete años le ganó una partida
con igual hándicap al francés Tabernhaus, el cual estaba de visita en La
Habana, quien años más tarde, cuando ya José Raúl gozaba de fama universal,
aseguraba que era el único maestro que se había atrevido a darle la dama de
ventaja a Capablanca.
En 1900 ya se distinguía en
el escenario ajedrecístico cubano. A los trece años derrota al Maestro Juan Corzo y Príncipe y gana el título de
Campeón de Cuba. El match transcurrió de la siguiente forma:
Campeonato de Cuba - La Habana, 1901
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J. Corzo
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En 1902 participó en el
primer Campeonato nacional cubano de ajedrez, clasificándose en cuarta
posición. A partir de entonces tomó parte en diversas competiciones, que le
llevaron a recorrer Europa y Estados
Unidos. A los 23 años ya era Campeón Panamericano.
Concluye el
bachillerato en el Instituto de Matanzas. Su familia no disponía de recursos
económicos para sufragar sus estudios universitarios y permitirle estudiar en
el extranjero, por sus buenos resultados académicos Ramón San Pelayo se dispuso
a financiar su formación.
En el verano
de 1904
fue enviado a Nueva York para estudiar inglés,
cursó estudios secundarios en la Woodycliff
School de New Jersey, donde se preparó para entrar en la Universidad de Columbia, donde ingresa en 1906 en la carrera de Ingeniería Química. Sin embargo,
permanentemente distraído por su pasión en el juego ciencia, sólo cursó los dos
primeros años.
Primeros torneos
Durante su
estancia en Estados Unidos comenzó a visitar el Manhattan Chess Club, en 1905 participó en un
fuerte torneo donde tuvo la oportunidad de enfrentar por primera vez al gran Lasker,
Campeón Mundial al cual logró derrotar. A fines de 1908 y comienzos de 1909 recorrió los Estados
Unidos.
En 1909 jugó
con el gran maestro Frank J. Marshall, a quien ganó 8 partidas, entabló 14 y
perdió solo una. Consiguió el tercer premio compartido con Oscar Chajes en el
campeonato estadounidense de 1911, detrás de Frank Marshall. Allí mismo ganó el Premio a la
brillantez y el título de maestro. También en este mismo año participó en el
gran Torneo de San Sebastián, perdiendo solamente una partida contra Rubinstein. Allí ocupó el primer puesto,
superando al propio Rubinstein, Nimzowitch,
Spielmann, Marshall, Janovski,
Schelechter,
Vidmar,
Tarrasch y Berstein,
que eran considerados entonces los mejores jugadores de la época.
Compartió el
último puesto en Carlsbad en 1911. Obtuvo el tercer
lugar en el Torneo de Nueva York 1913, al derrotar a David Janovski y a Oscar Chajes; y empatar
contra Frank Marshall.
Regreso a Cuba
Regresó a
Cuba en 1912,
publicando una revista de ajedrez en la Habana, y el 19 de febrero
aceptó una invitación de la sección de ajedrez del Círculo de
Artesanos de Cárdenas, y durante su estancia en la urbe participó en
una simultánea desarrollada en su honor en los salones del gremio, enfrentando
a 23 contendientes.
En 1912
también visitó Buenos Aires y Montevideo;
y a partir de 1913
desplegó una gran actividad ajedrecística en torneos internacionales. En el Torneo de
Ajedrez La Habana 1913 se produjo un confuso episodio en el que
Capablanca denunció una supuesta maniobra fraudulenta para beneficiar a
Marshall, en la cual Charles Jaffé había estado
involucrado. El cubano afirmó a la prensa que no volvería a jugar en las
competencias que Jaffé participara. En septiembre de ese mismo año consiguió un
trabajo en el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba.
En 1914
Capablanca jugó el torneo de San
Petersburgo. Este torneo se recuerda como un fracaso para
Capablanca, porque perdió la partida decisiva contra Lasker, pero quedó
segundo. En la cena de clausura se reiniciaron las negociaciones para disputar
el título mundial, pero comenzó la Primera Guerra Mundial. Finalizada la
guerra comienza la etapa más espectacular de Capablanca.
En 1915 compartió el primer
lugar en el campeonato del estado de Nueva York. Su carrera cuenta además con
victorias sobre Jacques Mieses, Enmanuel Lasker y otros grandes
ajedrecistas de su tiempo. Capablanca entre 1918 y 1922 ganó casi todas las
partidas y torneos en los que participó. En 1919 Capablanca ganó el
torneo de Hastings con 10 victorias, unas tablas y sin derrotas. Incluso
algunos críticos lo catalogaron como la casi completa ausencia de errores y de
falsas interpretaciones de la posición. Por esa época es que fue igualmente
calificado como la Máquina de jugar ajedrez.
En 1921 contrajo matrimonio
en la capital cubana con Gloria Beautucourt. Divorciado de este primer matrimonio
en 1925
se casa con una princesa rusa. En ese año tambien participó como actor en la
película Chess Fever.
Capablanca
recorrió Europa
acumulando éxitos. En Viena retó al Dr. Lasker para disputarle el campeonato del
mundo, pero este le impuso condiciones inaceptables. La Primera Guerra Mundial paralizó la
actividad ajedrecística en Europa, pero terminada la contienda ganó el
tradicional Torneo de Hastings, Inglaterra,
en 1919.
El año 1921
publicó la obra Fundamentos del Ajedrez, en el que incluye seis de la
diez partidas oficiales que había perdido hasta el momento, y expresó
"Se aprende más en los juegos que se pierden que
en las partidas que se ganan."
Campeón del mundo
En el año
1921 se celebra en La Habana el Campeonato Mundial de Ajedrez donde se enfrentaron
el alemán Enmanuel Lasker (campeón defensor) y José Raúl Capablanca. El
encuentro comenzó en marzo y terminó en mayo: cuatro victorias, diez tablas y
sin derrotas. Lasker abandonó en encuentro, pactado a 24 partidas, cuando aún
quedaban 10 partidas para que terminase.
Durante su
reinado como campeón mundial de ajedrez (1921 y 1927) Capablanca no
defendió el título nunca, y jugó muy pocos torneos: Londres 1922, Nueva York
1924 (que ganó Lasker y Capablanca perdió su racha de imbatibilidad ante Reti),
Moscú 1925 (en que el se hubo de conformar con la tercera plaza), Lake Hopatcong 1926 y
Nueva York 1927, en el que ganó a Alekhine. Capablanca se consideraba
invencible, particularmente ante Alekhine, contra el que nunca había perdido en
sus doce encuentros anteriores al campeonato mundial.
En 1922 Capablanca había
puesto las condiciones que debía satisfacer un aspirante al título mundial, que
se conocen como el «Protocolo de Londres». El encuentro por el
Campeonato Mundial se jugaría a seis victorias, y las tablas no contarían. Se
jugarían cinco horas diarias y seis días a la semana. Se tendrían que hacer
cuarenta jugadas en dos horas y media. Los jueces y árbitros serían elegidos
por los contendientes.
El campeón
del mundo estaba obligado a defender el título en el plazo de un año desde que
fuera retado. No estaría obligado a poner el título en juego si no hubiera una
bolsa de diez mil dólares, a parte de viajes y estancias. Se habría de entregar
el veinte por ciento al campeón y el resto sería de premios, el 60% para el
ganador y el 40% para el perdedor. Una vez aceptado el desafío el aspirante
debía poner una fianza de 500 dólares. A pesar de estas normas tan claras no
puso nunca el título en juego.
Pierde el
titulo de campeón mundial en 1927, cuando pierde ante el ruso-francés Alexander Alekhine, el resultado cerró con seis
partidas ganadas por Alekhine, tres por Capablanca y 25 tablas. Su vencedor
dijo que le daría la revancha en menos de dos años, pero esto resultó
incumplido, pues nunca aceptó volver a jugar con él.
Entre 1927 y 1936 jugó 14 torneos de
los que ganó siete y quedó segundo en cinco, pero ya no era un mito. En 1928 comenzó a tener
problemas de salud (hipertensión) y a decaer físicamente. Vivía entre Cuba y
Nueva York. Cuando todo el mundo le consideraba acabado volvió a surgir con su
genio más espectacular.
Últimos torneos
En el torneo
de Moscú
de 1936 jugaban toda una generación de nuevos ajedrecistas; los Botvínnik,
Flohr, Kan, Lílienthal, Eliskases, entre otros. Lasker y Capablanca fueron
invitados para dar lustre al encuentro, pero nadie confiaba en sus posibilidades.
Capablanca ganó ese torneo de forma brillante, con ocho victorias, diez tablas
y sin derrotas. Además, ganó a Lasker y a Botvínnik. Ese mismo año jugó el
torneo de Nottingham,
y lo ganó por delante de Euwe (a la sazón campeón mundial), Lasker, Aliojin (al
que ganó su partida), Sammy, Reshevsky, Vídmar, Tartákover, y empatado con
Botvínnik. Ganó siete partidas, empató seis y sólo perdió contra Flohr.
La última
comparecencia oficial de Capablanca fue en las Olimpiadas de Ajedrez de la FIDE, celebradas en Buenos Aires
en 1939,
donde ocupó el primer lugar del tablero del equipo Cuba, integrado además por
los ajedrecistas Francisco Planas, Alberto López, Rafael Blanco, Miguel Alemán y María Teresa Mora, la cual años más tardes
pasa a ser la primera maestra internacional cubana. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial la actividad
ajedrecística se redujo, y ya no volvió a jugar ningún torneo.
Capablanca participó en veintinueve torneos de gran
nivel, de los cuales ganó quince y en otros nueve terminó segundo. En total,
sumó 318 victorias, 249 empates y 34 derrotas. Por estos resultados fue
elogiado por el yugoslavo Gligoric cuando expresó públicamente:
"Capablanca sabe, los demás ensayamos."
Enfermedad y muerte
Capablanca
tuvo una vida relativamente breve y su final fue junto a un tablero de ajedrez.
Solía visitar todas las noches el Club de Ajedrez de Manhattan situado justo
frente al Central Park de Nueva York, a eso de las nueve
de la noche del día 7 de marzo estaba observando la partida que
jugaban dos aficionados. Al parecer estaba de buen humor, bromeaba con todo el
mundo y comentaba la partida que estaba viendo, de repente se levantó y dijo:
"Ayúdenme a quitar el abrigo..."
Y cayó sobre
los brazos de las personas que allí se encontraban. Fue trasladado rápidamente
al Hospital Mount Sinaí, en Estado de
coma, del cual no pudo sobreponerse, a causa de una Hemorragia cerebral, consecuencia de los graves
desarreglos de Hipertensión arterial que había padecido
durante mucho tiempo. Murió a los 53 años de edad, el 8 de marzo
de 1942
a las 5:30 de la mañana.
Los restos
fueron trasladado a La Habana y sepultado con grandes honores (coronel
fallecido en combate) en la Necrópolis de Colón, como él había solicitado,
donde se levantó un majestuoso Rey de mármol,
realizado por el escultor Florencio Gelabert.
El General Fulgencio Batista, presidente de Cuba, se hizo
personalmente cargo de los trámites funerarios. En 1951, Cuba editó una
estampilla de 25 centavos con su retrato, la primera con la figura de un maestro
de ajedrez.
Capablanca
predijo que el ajedrez tendría dificultades mayores si continuaba la tendencia
de que los jugadores de élite terminaran las partidas en tablas; con vistas de
evirtarlo propuso una variación del esquema de juego, a la cual se le asignó el
nombre de "Ajedrez de Capablanca",
a desarrollarse en un tablero de 8x10. Estaba basada en que el mayor número de
piezas y las dimensiones extendidas de la grilla permitirían al jugador más
efectivo expresar claramente la superioridad técnica, debido a la complejidad y
los grados de libertad adicionales.
Debe
aclarase que el gran maestro propuso esta variación complicada mientras era
campeón mundial y no después de perder el título, como algunas fuentes han
planteado incorrectamente.
En 1962, para homenajearlo se comenzó a celebrar anualmente en
Cuba el clásico Torneo Internacional Capablanca In Memoriam,
donde se han dado cita campeones mundiales y los principales Grandes
maestros, siendo además la cuna del desarrollo del ajedrez
latinoamericano, en el que han alcanzado normas internacionales ajedrecistas de
todo el mundo.
La Federación Internacional de Ajedrez
conocida con las siglas FIDE estableció el 19 de noviembre
como día mundial del ajedrecista como homenaje al campeón mundial cubano.
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