Luis
Sánchez del Toro
Hoy,
conocí de la triste noticia del fallecimiento de ese extraordinario
revolucionario nombrado Orlando Lugo Fonte, quien en los últimos tiempos dedicó
su vida a consolidar y llevar adelante el trabajo de la Asociación Nacional
de Agricultores Pequeños (ANAP). Desde esa trinchera defendió dignamente el
ideario de destacados líderes campesinos como Románico Cordero, Pepe Ramírez y
Sabino Pupo, entre otros. Con este breve trabajo sobre Sabino Pupo, de quien
fue fiel seguidor de sus ideales, llegue este humilde homenaje a Lugo Fonte.
Sabino
Pupo Milian. Líder campesino que dedicó su vida a combatir por la tierra, el progreso social
y el mejoramiento de las condiciones de vida del campesinado cubano. Nació el 19 de marzo
de 1895 en el seno de una
familia humilde, encabezada por Loreto Pupo Galiano; residente en una zona
cercana al sur del denominado Cruce de Miguel Ramos, en la carretera central,
distante unos 12
kilómetros al oeste de la ciudad de Las Tunas.
Cuando
todavía eran pequeños su mamá llevó los hijos consigo hacia predios familiares
en San Agustín de Aguarás,
actual provincia de Holguín,
en tanto Loreto se estableció posteriormente en unas tierras que convirtió en
estancia por el Cerro de Caisimú.
Al
poco tiempo recogió a sus vástagos para tenerlos bajo su amparo en ese
territorio cercano al entonces Central Manatí; donde
Sabino y los hermanos pasaron su adolescencia y juventud en las duras labores
del campo.
Desde
temprano mostró su inconformidad con la situación de los hombres de su clase y,
tras varias zafras de machetero en las colonias cañeras de Camagüey;
en 1927 y ya con 32 años de
edad, unió su vida a Cándida Pupo, su compañera hasta la muerte, quien le dio
11 hijos.
Desde
muy joven Pupo Milián se vinculó a las actividades agrícolas. En el año 1943 partió a Camagüey,
levantó su hogar en tierras realengadas en Camalote, lugar donde tuvo
que enfrentar las presiones de los terratenientes que trataban de obligar a los
campesinos al pago de rentas. A causa de este hecho los agricultores realizaron
una protesta, bajo el argumento de que dichas tierras le pertenecían al Estado
y por tanto no se encontraban en la obligación de realizar un pago para su
labrado.
Más
tarde se vinculó a la
Asociación
Campesina Álvaro Reynoso Valdés constituida en la zona donde vivía.
Años después, marchó al sur a la búsqueda de tierras más fértiles, arrastró
consigo a varias familias campesinas, y pudo instalarse en un nuevo
asentamiento, que también era terreno de interés de la compañía estadounidense
Manatí Sugar Company.
Labor
revolucionaria
Las
tierras donde vivia hacia años que una compañía norteamericana las deseaba por
lo que sus representantes trataron de convencerlo por todos los medios para que
los campesinos las desalojaran, a lo que él se opuso. No obstante le ofrecieron
un cheque en blanco para que pusiera la cantidad por la cual estaba dispuesto a
abandonar la lucha, y su respuesta fue tajante:
No
existe dinero para comprar la vergüenza del campesino.
También
le propusieron entregarle 50 caballerías de tierra como precio de su traición,
a lo que contestó:
Si
me entregan el mismo central Manatí, no lo cambio por el prestigio mío y de mi
familia ni el derecho de los campesinos a la tierra.
En
1948 Sabino Pupo fue
elegido por sus compañeros para la presidencia de una base campesina, se
convirtió en dirigente de la Asociación Campesina de Santa Lucía,
en el barrio de Álvaro Reynoso perteneciente al territorio
camagüeyano de Nuevitas.
Su
figura era cada vez más un obstáculo a las aspiraciones de la compañía por eso
decidieron asesinarlo. El 20 de octubre de 1948 se consumó el crimen.
Más
tarde la compañía pagó la defensa de los matones y estos salieron absueltos. Tan
pronto se supo de la muerte del líder agrario, sectores obreros simpatizantes
con la causa del campesinado se movilizaron para llevar el cadáver a Nuevitas con el fin de
rendirle tributo.
Allí
lo llevaron al local del Sindicato de los Marinos y
numerosas personas acompañaron sus restos después hasta el cementerio de esa
localidad donde permaneció hasta después del Triunfo de la Revolución en 1959, en que lo
trasladaron nuevamente a un lugar cercano al sitio donde fue asesinado.
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