martes, 15 de noviembre de 2016

El eterno tributo a Sabino




Luis Sánchez del Toro
Hoy, conocí de la triste noticia del fallecimiento de ese extraordinario revolucionario nombrado Orlando Lugo Fonte, quien en los últimos tiempos dedicó su vida a consolidar y llevar adelante el trabajo de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Desde esa trinchera defendió dignamente el ideario de destacados líderes campesinos como Románico Cordero, Pepe Ramírez y Sabino Pupo, entre otros. Con este breve trabajo sobre Sabino Pupo, de quien fue fiel seguidor de sus ideales, llegue este humilde homenaje a Lugo Fonte.
Sabino Pupo Milian. Líder campesino que dedicó su vida a combatir por la tierra, el progreso social y el mejoramiento de las condiciones de vida del campesinado cubano. Nació el 19 de marzo de 1895 en el seno de una familia humilde, encabezada por Loreto Pupo Galiano; residente en una zona cercana al sur del denominado Cruce de Miguel Ramos, en la carretera central, distante unos 12 kilómetros al oeste de la ciudad de Las Tunas.
Cuando todavía eran pequeños su mamá llevó los hijos consigo hacia predios familiares en San Agustín de Aguarás, actual provincia de Holguín, en tanto Loreto se estableció posteriormente en unas tierras que convirtió en estancia por el Cerro de Caisimú.
Al poco tiempo recogió a sus vástagos para tenerlos bajo su amparo en ese territorio cercano al entonces Central Manatí; donde Sabino y los hermanos pasaron su adolescencia y juventud en las duras labores del campo.
Desde temprano mostró su inconformidad con la situación de los hombres de su clase y, tras varias zafras de machetero en las colonias cañeras de Camagüey; en 1927 y ya con 32 años de edad, unió su vida a Cándida Pupo, su compañera hasta la muerte, quien le dio 11 hijos.
Desde muy joven Pupo Milián se vinculó a las actividades agrícolas. En el año 1943 partió a Camagüey, levantó su hogar en tierras realengadas en Camalote, lugar donde tuvo que enfrentar las presiones de los terratenientes que trataban de obligar a los campesinos al pago de rentas. A causa de este hecho los agricultores realizaron una protesta, bajo el argumento de que dichas tierras le pertenecían al Estado y por tanto no se encontraban en la obligación de realizar un pago para su labrado.
Más tarde se vinculó a la Asociación Campesina Álvaro Reynoso Valdés constituida en la zona donde vivía. Años después, marchó al sur a la búsqueda de tierras más fértiles, arrastró consigo a varias familias campesinas, y pudo instalarse en un nuevo asentamiento, que también era terreno de interés de la compañía estadounidense Manatí Sugar Company.
Labor revolucionaria
Las tierras donde vivia hacia años que una compañía norteamericana las deseaba por lo que sus representantes trataron de convencerlo por todos los medios para que los campesinos las desalojaran, a lo que él se opuso. No obstante le ofrecieron un cheque en blanco para que pusiera la cantidad por la cual estaba dispuesto a abandonar la lucha, y su respuesta fue tajante:
No existe dinero para comprar la vergüenza del campesino.
También le propusieron entregarle 50 caballerías de tierra como precio de su traición, a lo que contestó:
Si me entregan el mismo central Manatí, no lo cambio por el prestigio mío y de mi familia ni el derecho de los campesinos a la tierra.
En 1948 Sabino Pupo fue elegido por sus compañeros para la presidencia de una base campesina, se convirtió en dirigente de la Asociación Campesina de Santa Lucía, en el barrio de Álvaro Reynoso perteneciente al territorio camagüeyano de Nuevitas.
Su figura era cada vez más un obstáculo a las aspiraciones de la compañía por eso decidieron asesinarlo. El 20 de octubre de 1948 se consumó el crimen.
Más tarde la compañía pagó la defensa de los matones y estos salieron absueltos. Tan pronto se supo de la muerte del líder agrario, sectores obreros simpatizantes con la causa del campesinado se movilizaron para llevar el cadáver a Nuevitas con el fin de rendirle tributo.
Allí lo llevaron al local del Sindicato de los Marinos y numerosas personas acompañaron sus restos después hasta el cementerio de esa localidad donde permaneció hasta después del Triunfo de la Revolución en 1959, en que lo trasladaron nuevamente a un lugar cercano al sitio donde fue asesinado.

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