LUIS SÁNCHEZ DEL TORO
Los
esfuerzos de los obreros agrícolas en la provincia de Santiago de Cuba, se
multiplican por estos difíciles tiempos a favor de incrementar la producción de
alimentos, en aras de incidir en la satisfacción las necesidades alimentarías
de una población, que en la misma medida que envejece también experimenta un
ligero crecimiento.
Para
nadie es un secreto, que intensas sequías y desastres naturales han estado
acompañando el progreso agropecuario del país, el cual tampoco ha estado exento
de las serias limitaciones materiales que impone el injusto bloqueo económico,
financiero y comercial de los Estados Unidos contra Cuba.
En
la actualidad un importante papel desempeñan las mujeres en la promoción del
desarrollo agrícola y rural, así como también en la mejora de la seguridad
alimentaría. La Unidad
Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Abel Santamaría
Cuadrado, ubicada en el homónimo populoso centro urbano, al suroeste de la
ciudad de Santiago de Cuba, constituye un ejemplo fehaciente de que las féminas
no solo cocinan alimentos, sino también los cultivan y cosechan.
En
esa estructura productiva, delimitada por una hectárea de superficie laboran
siete trabajadores, de ellos cuatro mujeres, quienes son conducidos por la
experimentada cooperativista Librada Rodríguez Ferrales, administradora y
fundadora de esa unidad, la cual desde sus inicios está marcada por el sello
distintivo de la rentabilidad.
En
plena faena productiva, desafiando un intenso sol y el fuerte calor,
encontramos igualmente a Damaris Bermelles Osorio, Inalvis Bueno Plutín y a
Yanelis Rodríguez Mora, esta última jefe de producción; ellas con regaderas de
agua en las manos se encargan de bañar la tierra para que florezcan los
cultivos por encima de cualquier adversa circunstancia.
La
sequía en estos meses ha golpeado fuertemente la producción de hortalizas,
comenta Yanelis Rodríguez, quien destaca se experimenta un atraso en el plan de
entrega hasta la fecha; sin embargo redoblan los esfuerzos en la actual etapa
de siembra de frío para cerrar con el cumplimiento del programa planificado
para este año.
Allí,
despuntan unos 10 cultivos, entre los que sobresalen la habichuela, tomate,
remolacha, cebollino, lechuga, berenjena, quimbombó… los cuales cubren equitativamente tanto a los canteros de los espacios del semiprotegido rústico como
al resto de las áreas de la “Abel Santamaría Cuadrado”, donde también incursionan en la siembra de plátano, yuca,
boniato y calabaza.
“Nuestra
producción está destinada para la población y al consumo social, es decir a los
círculos infantiles, escuelas, policlínicos y otras instalaciones del centro
urbano Abel Santamaría, mientras tampoco descartamos la participación activa en
las ferias agropecuarias concebidas los sábados en el reparto”, manifiesta la Jefa de producción.
El
colectivo, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Caney, reconoce que aún está
por debajo de sus posibilidades reales productivas, sin embargo siguen adelante
echando a un lado las dificultades hasta envolverse en el añorado sueño del proyecto
de mejoras dirigido al florecimiento del riego, los equipamientos e implementos
agrícolas, que proporcionarían mejores condiciones de vida y de trabajo.
Esas
ventajas, dijo Yanelis, facilitará el incremento de la producción y las mejoras
económicas individuales de nuestros trabajadores y particularmente de las
féminas de la UBPC,
quienes tuvimos el alto honor de celebrar el pasado 15 de octubre, el Día
Internacional de la Mujeres Rurales,
conjuntamente con el de la
Alimentación.
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