miércoles, 1 de octubre de 2014

PANCHA: ENTRE TRES CENTURIAS DE AMOR

Cuba celebra hoy el Día Internacional del Adulto Mayor con una serie de estrategias dirigidas a garantizar una longevidad activa y satisfactoria de su población El enfoque humanista de la sociedad y la atención diferenciada brindada a los grupos poblacionales que más lo necesitan, continúa actualmente en la agenda de las autoridades de la isla caribeña.Cabe destacar que las políticas implementadas desde 1959 permitieron un incremento del índice de esperanza de vida.



Sirva este modesto trabajo priodístico un homenaje a los adultos mayores cubanos.

 

LUIS SÁNCHEZ DEL TORO    Fotos: Jorge Luis Guibert
 
Francisca Muñoz Vera, una mujer serrana de 105 años, dice sentirse por estos tiempos más vieja que ayer, a la vez que más joven que mañana,  cuando de años se trate. El pasado 25 de agosto celebró su cumpleaños, pero esta vez de manera especial en su natal comunidad de Ti Arriba, histórico y abrupto terruño serrano, perteneciente al municipio de Songo-La Maya.


Se antojó de reunirse nuevamente con su numerosa familia, vecinos del barrio y en particular con sus amigas de la infancia Sara Orozco Rodríguez y Ofelia Dominico Castellanos, de 102 y 100 años, respectivamente, con quienes compartió momentos de felicidad y mucha dicha de gozar a plenitud una vida centenaria en pleno Siglo XXI.
Entre anécdotas, recuerdos, chistes y remembranzas de los duros tiempos de antaño fluyó el agasajo dispuesto a Francisca o Pancha, como cariñosamente la conocen todos por esta demarcación. Conversaron estas veteranas con mucha lucidez acerca de los esposos, la crianza de los hijos, los exigentes quehaceres de la casa y el campo, así como la estrecha vinculación a la Revolución como trabajadoras agrícolas, federadas y cederistas.
En ningún momento las vimos arrepentirse de nada, a no ser de tener más fuerza para poder aportar a la sociedad cubana, de ahí que por momentos afloraran en sus ojos algunas lágrimas de alegría, mientras de sus labios brotaran una verbo que siempre  acompañó sus vidas: amor.
Dice Panchita que en este histórico sitio nació en 1909, además de crecer, casarse y tener nueve hijos, además de rememorar la miseria, el hambre y la pobreza, entre otros males que acompañaban a los hombres y mujeres del campo antes del triunfo de la  Revolución.
Su coherente y armonioso diálogo, aún asombra a muchos que tuvimos la dicha de celebrar su centuria en el popular barrio de Portuondo, en la ciudad de Santiago de Cuba. Su trayectoria es imposible de resumir, pero si podemos destacar sus labores como recogedora de café, lavandera o cocinera para ganarse la vida y contribuir al sustento de la familia, por eso expresa con preocupación que “quién fue que inventó eso que el trabajo mata”.
Su vitalidad es envidiable, manifiesta sentirse fuerte aunque no oculta que en ocasiones tiene dolores en las piernas, sin embargo su andar con el bastón es ágil y seguro, lo que le permite desplazarse en la casa y disfrutar de un buen juego de pelota o un programa en la televisión, escuchar la radio y hasta coser de vez en vez.

Se regocija de nunca ser enfermiza y solo estar hospitalizada en dos ocasiones, como consecuencia de una operación de la hernia. “En Ti Arriba se multiplican mis deseos de vivir, el aire puro, su naturaleza y la gente que me rodea, entre ellas mis amigas Ofelia y Sara, seguiremos añadiéndoles años a estas tres centurias de amor”, dijo finalmente con una sonrisa en los labios.



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