miércoles, 23 de marzo de 2016

SEGUNDO FRENTE




TIN TIN SIGUE SONANDO
LUIS SÁNCHEZ DEL TORO   
Cuando hace aproximadamente un año el campesino Eduardo Álvarez Chacón, un hombre de campo, sencillo, de poco hablar y de mucho trabajo, se decidió emprender la cría intensiva de patos para carne, no tuvo la menor duda que los marcados objetivos hacia el empeño de favorecer la producción de proteína animal estaba en correspondencia de brindarle mayores beneficios al pueblo.
En la finca 17 de Mayo, perteneciente a la Empresa Agroforestal Sierra Cristal, en el municipio de Segundo Frente, promovió esta iniciativa teniendo en cuenta que el pato pekinés es uno de los animales domésticos más útiles y versátiles, agradecido al vehemente cuidado, atención esmerada, considerándose su
cría como una actividad con perspectivas económicas, de empleo a los pobladores de la zona y como fuente alternativa de proteína animal de calidad al país.
Los meses iniciales del 2015, marcaron el inicio de esta compleja ocupación, exactamente en un sitio colindante con la carretera que conduce hacia Mícara militar. Allí, en una superficie de 0,2 hectáreas (ha), junto a otros cinco trabajadores -de ellos tres mujeres- desafía las ventajas que se tornan obvias cuando se reconoce en estas aves la capacidad de vivir en condiciones ambientales desfavorables, resistir enfermedades y parásitos y producir una carne excelente.   
Manifiesta este hombre, conocido popularmente en la zona como Tin Tin, que los resultados económicos del pasado año fueron muy favorables, al sobrepasarse todas las expectativas. En ese sentido sobresalió la ceba de unos 15 000 animales, que aportaron 375 000 pesos, mientras con mayores experiencias y consagración al trabajo se enfrascan en hacer del 2016 una etapa superior en todos los aspectos del trabajo.
Con solo un día de nacido llegaron al centro de cría desde la provincia de Las Tunas, a principios de febrero unos 3 848 patos, los cuales son atendidos en su engorde mediante el uso de una rústica tecnología acorde a la minimización de los costos y la obtención de utilidades. Cabe destacar que se comercializan a los dos meses y medio con un peso promedio entre las 4,5 y 5 libras.
El pasado año, dice Tin Tin,  los resultados económicos de la cría de patos redundaron en unos 600 pesos de salario promedio de los trabajadores, quienes además recibieron sus estimulaciones en divisas, así como una mejoría ostensible en su atención integral. Esos resultados van muy a tono con el cero mortalidad animal, garantía de la base alimentaria y sentido de pertenencia del colectivo.
Eride Mojena, Julia Hernández Ramírez y Mairiubis Castañeda, expresan su satisfacción de trabajar en esta compleja actividad, que reclama de muchos esfuerzos y sacrificios particularmente durante los primeros 15 a 20 días de vida de los patos. A decir de Tin Tin se llega a las cuatro de la mañana y se regresa a casa ya acaeciendo la tarde.
Pero en esta finca, también se proyecta el trabajo hacia otras fuentes de producción de carne, en este caso despunta la cría y reproducción de unos 123 ovejas y la influjo de una nave para la puesta en marcha de un convenio porcino con capacidad para 300 cerdos de ceba, a partir del mes de  abril.
Por el momento, Tin Tin sigue sonando al compás del croar de los patos y el empuje de su gente, que no deja de afirmar que el empleo de los recursos propios de la tierra aporta a la vida de los seres humanos.



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